El 21 de septiembre celebramos la Fiesta de San Mateo, un hombre que fue mirado y cautivado por Jesús. Fue tomado hasta lo más profundo sabiéndose indigno, pecador, pero reconociéndose profundamente amado por Él.
El 19 de marzo, en medio de la crisis mundial por el Covid-19, en una ceremonia sencilla con algunos padres y los obispos de la Arquidiócesis de Buenos Aires, Gregorio de Laferrere y San Martín,
«Antonio apreciaba el humor agradable de uno, la asiduidad a la oración de otro, observaba lo que era la dulzura de espíritu de éste y la bondad de aquél; descubría las vigilias de uno y