1938-1967
PRIMEROS 30 AÑOS DEL INSTITUTO VOCACIONAL SAN JOSÉ
El cardenal Santiago Luis Copello, sexto Arzobispo de Buenos Aires, se preocupó siempre por el fomento de las vocaciones sacerdotales y la formación de sus candidatos.
A la vuelta de uno de sus viajes a Roma vino con la idea de crear en Buenos Aires un instituto educativo gratuito, donde formar niños de nueve a doce años, pertenecientes a familias cristianas y que mostraran inclinación por el sacerdocio.
La quinta, llamada “El Eliseo” de la localidad de San Isidro, perteneciente por ese entonces al matrimonio de Otto Bemberg y Josefina Elortondo, fue el lugar donde Monseñor Copello pudo concretar su idea del Preseminario gracias a la donación generosa de sus dueños. Esta casa formativa fue pensada como un camino previo al seminario, desde donde se intuía una potencial vocación al sacerdocio.
Encomendó a las hermanas de la Virgen Niña la administración del establecimiento, la educación de los niños y su instrucción desde tercer a sexto grado. Pensó en ellas para dirigir esta «escuela vocacional” por su experiencia pedagógica y catequística entre niños y jóvenes.
El 5 de mayo de 1938 se hizo la bendición del «Instituto Vocacional San José». La preparación hacia el sacerdocio comenzaba en este hogar y escuela bajo la mirada protectora de San José, a quien los niños aprendían a querer por ser el patrono del instituto, pero sobre todo por ser el que custodió celosamente a Jesús en su niñez y juventud.
La casa se adaptó rápidamente al uso que se le encomendaba. En la planta baja se encontraban los lugares comunes como el comedor, la capilla, los cuartos de las hermanas y las aulas, mientras que en la planta alta se ubicaban los largos dormitorios que ocupaban los niños.
Las familias interesadas en inscribir a sus hijos se presentaban ante la Superiora Provincial de la Virgen Niña acompañadas por la carta de presentación de un sacerdote que avalara su ingreso.
Como cualquier alumno de escuela, pasaban de grado mediante un examen que rendían frente a las maestras de las escuelas públicas. Al finalizar su último grado de escuela primaria, los que deseaban seguir el Seminario iban hasta Villa Devoto, en donde uno de los prefectos evaluaba su pedido.
Los difíciles días de 1955 alteraron la vida interna del Instituto. El Preseminario estuvo al borde de ser expropiado por el gobierno. Durante el momento de mayor peligro, los chicos fueron enviados a sus casas y las hermanas permanecieron en el Instituto. Cuando todo volvió a la normalidad, el instituto reabrió sus puertas recibiendo nuevamente a los niños.