«Antonio apreciaba el humor agradable de uno, la asiduidad a la oración de otro, observaba lo que era la dulzura de espíritu de éste y la bondad de aquél; descubría las vigilias de uno y el amor por la lectio en otro, admiraba la paciencia de unos y los ayunos y austeridades de otros (…); pero sobre todo grababa en su corazón el amor de todos por Jesucristo, y el amor que demostraban los unos por los otros» (Fragmento de la Vida de San Antonio escrita por Atanasio)

En un clima de recogimiento y oración, volvemos una vez más a centrar nuestra vida en aquél que nos llamó primero y nos eligió para que lo siguiéramos de cerca, en comunidad.

¡Gracias a las hermanas benedictinas de Santa Escolástica por recibirnos como al mismo Cristo!

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