«El Espíritu Santo es, para los hijos de la gracia y para los pobres de espíritu, el abogado en el exilio de la vida presente, el consolador, la fuerza en las adversidades, la ayuda en las tribulaciones. Él es el que enseña a orar como es debido, el que hace que el hombre se adhiera a Dios, el que lo hace ser grato y digno de ser escuchado»

Guillermo de S. Thierry

Rey celestial, Consolador, Espíritu de verdad, que eres omnipresente y llenas el universo, tesoro de gracias que das la vida: ven y habita en nosotros, purifícanos de todo lo que es bajo y salva nuestras almas, Oh Dios de bondad

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